“No estaba en mis planes ni he sido preparada para esto. Sin embargo he superado muchos problemas y sigo aquí. Él -Dios- así lo ha querido y me ha puesto todo en el camino”. Mónica Zapata Vignolo, sin imaginarlo, ya lleva más de un año siendo alcaldesa. La primera alcaldesa de Piura. ¿Cómo sucedió? Fue invitada como regidora por el líder del Movimiento Vecinal, José Aguilar, y tras su muerte, en setiembre del 2008 asumió oficialmente su cargo.
Y desde entonces ¿Qué ha logrado principalmente?
- “Somos la primera municipalidad del Perú que cuenta con una trinchera y, por primera vez, uno de nuestros proyectos será evaluado por el Banco Mundial”.
13 de Noviembre del 2009 por la mañana: dijo que atendería a unos señores y de inmediato estaría a mi disposición. A los veinte minutos, su secretaria me dijo que pasara y en segundos estuve en su oficina. Ella, sentada en el sillón municipal, me sonrió y me invitó a sentar.
- “Una vez que uno entra a la municipalidad es necesario dejar la camiseta política y ponerse la del vecino y la del desarrollo de la ciudad”.
La alcaldesa de Piura no tiene filiación política. Según dice, está única y exclusivamente al lado de los vecinos. Esto porque “en la actualidad hay un poco de egoísmo partidario”. Algunos políticos la critican y muchos militantes de su agrupación no la quieren, “Porque yo fui una invitada y sienten que tuve la suerte de llegar adonde muchos de ellos debieron llegar… Pero es algo ajeno a mí”.
Hace casi catorce meses la vida de Mónica Zapata dio un giro que ella nunca imaginó. De cuidar su hogar -a su esposo y a sus cuatro hijos- pasó a gobernar una empresa mucho más grande: no a cualquier localidad sino, tal como la considera, a una “superprovincia”.
- “Enfrenté un ambiente muy difícil. Pero me dije a mi misma: es hora de crecer”.
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Mónica Zapata Vignolo trabajó desde los 17 años en la empresa de su familia hasta que nació su primera hija, desde este momento fue “mamá de casa”. Asumió la alcaldía cuando su hija menor tenía 11 años, “mis tres primeros hijos ya estaban mayorcitos, ¡Gracias a Dios!”. Asumir este cargo, la alejó de su hogar: hoy sale en la mañana y llega en la noche.
Tiene un esposo que “siempre ha sido El esposo, El papá”, con quien ya lleva veintiocho años de casada, y cuatro hijos que “los ha preparado para toda la vida”, “no soy mamá gallina, los he criado independientes y autosuficientes”. Mónica, de ser la esposa, su esposo ha pasado a ser el esposo de la alcaldesa, “el “primer damo” de Piura”.
Aunque los días de semana se han visto afectados por el cargo que hoy Mónica Zapata ocupa, los sábados y domingos se desconecta de todo y es tiempo dedicado a su familia. ¡Ah!, se da tiempo también para ir a misa y “dar gracias a Dios por cada día”.
Si le dieran a escoger en estar con su familia, como antes, o estar acá, en el sillón municipal ¿Qué eligiría?
- “Bueno, yo me quedaría con los vecinos. Porque mis hijos y mi esposo también son vecinos y a ellos también les voy a solucionar sus problemas”.
Conversación con la alcaldesa de Piura
Por Priscila Guerra
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