El poder del silencio

Las calles cercanas que rodeaban el Hotel Río verde estaban cerradas. Las rejas negras cubrían como una barrera el pase a cualquiera en la avenida Ramón Mugica. Los policías estaban distribuidos de tal modo que nadie escape de su autorización para seguir o no por las calles. Sin embargo, ni esto ni nada freno a Víctor Herrada y sus compañeros de facultad para que pudieran mostrar con sus pancartas el motivo de su presencia.




Era jueves 22 y todo se había paralizado fuera del Río verde. El motivo: la III reunión del Gabinete de Ministros Binacional Perú-Ecuador se llevaba a cabo en las instalaciones del hotel. Ningún carro se asomaba por allí y nadie ingresaba sin identificación.  Ese día los alumnos de la UDEP, que suelen ingresar por la puerta principal, si no tenían el carné a la mano o si se chocaban con un policía malhumorado, simplemente tenían que darse toda la vuelta para entrar por la puerta de El Chipe.

Ese día, desde muy temprano Víctor y sus compañeros se reunieron fuera de las aulas de la facultad de Derecho para preparar todo. Tenían las pancartas, los plumones y las manos suficientes para colocar con letras grandes que ellos estaban en desacuerdo de la despenalización del aborto. Toda la idea de hacer una protesta pacífica había iniciado hace dos semanas, cuando algunos alumnos de segundo año de la Facultad de Derecho de la UDEP corrieron la voz  para hacer esta protesta el mismo día de las olimpiadas de la Universidad de Piura.

“Una profesora de la facultad me animó a reunir a varios alumnos para repetir lo que se hizo el sábado en el Óvalo Grau, pero ahora fuera del Río Verde”, explicó Victor. Ahora iban a llegar los presidentes García y Correa, la prensa no iba a faltar y mucho menos los curiosos. Por ello, consideraron que ese era el escenario perfecto para repetir la protesta, llamar a la gente a tomar conciencia y para llamar la atención, si es que tenían suerte, del presidente.




Ni los policías los frenaron
Salieron de la universidad y lo primero con lo que se encontraron fue con policías. Habían seguido las instrucciones de los de seguridad y se habían ubicado detrás de una de las tantas rejas que ese día rodeaban al Río Verde, justo detrás de la tranquera de San Felipe. Les habían indicado que sólo desde ahí podían hacer protestas. Como era pacífica Víctor y los demás no dijeron ni gritaron nada, solo sostuvieron en las manos las pancartas que señalaban frases como: “no al aborto”, “hablemos por los que no tienen voz pero si alma”, “no saben de leyes pero tienen derechos”, “no me mates sin conocerme”, “ déjame vivir”

Todo había estado tranquilo hasta ese momento. Sin embargo, después de diez minutos, los policías dirigieron su mirada hacia el grupo y empezaron a caminar hacia ellos.  “Quince policías se nos acercaron como en cámara lenta, tenían el rostro serio y los escudos los cubrían…en ese momento nos sentíamos terroristas” cuenta Víctor mientras imita con su cuerpo la postura de los policías frente a ellos.

Al comienzo los de seguridad centraron su atención más en la presencia a un grupo de simpatizantes del presidente Correa. Ellos estaban fuera de hotel con la bandera de Ecuador a lo alto, gritando frases como “el pueblo unido jamás será vencido”. Pero al notar que el grupo silencioso de estudiantes, que estaba un poco más atrás, empezaba a llamar la atención de la prensa, les pusieron trabas para continuar en el lugar. Les pidieron que les entreguen los carteles, los invitaron a retirarse. Y cuando el grupo quiso ingresar nuevamente a la Universidad, para retomar las clases, les señalaron que sólo ingresarían quienes tuvieran carné y además sin las pancartas.

“Los policías se pusieron malcriados…prácticamente nos arrancharon el carné” dice Víctor un poco molesto al recordar lo sucedido. Durante los 45 minutos que estuvieron allí, los policías les pusieron trabas. Sin embargo, Víctor y los demás habían ido allí para llamar la atención con sus mensajes y lo lograron.

Cuando un periodista le pregunto a Víctor ¿porque esa actitud tan extraña de alumnos de la privada?. Víctor le respondió: El aborto no es algo que puede ser debatible en el pleno del congreso, por eso es algo que resulta alarmante para nosotros…El hecho de que la ley ampare el aborto eugenésico significaría que todos los discapacitados no debieron nacer ¿Crees que eso es normal?...

Por Geraldine Castillo

1 comentarios:

julio Vásquez dijo...

Me gusta el tema, creo que se explotaría aún más al contarse a través de una crónica, los hechos contados en la mirada de Victor, tambien me pregunto si participaron mujeres en la marcha.

AL tratarse de política se puede incluir datos recientes de este debate para respaldar una práctica condenable como es el aborto.

Creo que muchas personas estamos dispuestas a protestar ante el mismo presidente por estos hechos.

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