90 minutos decisivos

Fueron noventa minutos en el que sentimientos y emociones se mezclaron. Noventa minutos para ganar o perder. El club Atlético Grau tenía la oportunidad de demostrar lo que era capaz de lograr.


El club Atlético Grau de Piura, con Nolberto Cruz como nuevo director técnico, salió rumbo a Tumbes un día antes del partido que definiría el futuro del equipo. Las críticas de la prensa y el pueblo piurano eran fuertes,  pues el equipo no realizaba buenas actuaciones. Esta vez su adversario era el Defensor San José, campeón de Tumbes.


Llegaron al hotel a las diez de la noche para concentrar y después de comer algo ligero se retiraron a sus respectivas habitaciones a descansar, se respiraba un clima de buen ánimo. Tenían claro que su objetivo era ganar o ganar. Al día siguiente se levantaron desde temprano para tomar un buen desayuno. Los nervios los comenzaban a invadir.


Ya en el ómnibus todos estaban silenciosos mientras esperaban llegar al estadio. Algunos escuchaban música, otros bromeaban entre sí tratando de disimular los nervios. Cuando llegaron al recinto lo único que se escuchaba era el rebote de las piedras contra las ventanas. Los hinchas locales eran  de temer.


Tras un buen resguardo policial, el equipo albo entró al estadio. Ya en el camerino el entrenador albo daba ánimos: “Hemos llegado hasta aquí por nuestro esfuerzo, no defraudemos al pueblo piurano, regalémosle a nuestras familias y a todos un triunfo. ¡Arriba Grau!”.


El capitán del equipo piurano, Reinaldo Rojas, estaba listo para encabezar la salida de su equipo. Antes de salir a jugar el partido decisivo, tomó el rosario y junto a todo el equipo  reza un Padre Nuestro y un Ave María.


Los equipos ingresan a la cancha. Se oyen a los hinchas tumbesinos  mentando  la madre. Ante los insultos, los futbolistas piuranos sólo sonreían.







Empieza el partido


El equipo de Nolberto Cruz sale con todo en busca del balón que intentaba controlar el equipo tumbesino. En la tribuna el griterío enorme está a favor de los locales y los hinchas piuranos apenas se escuchaban. Mientras que los vendedores de refrescos, sándwich, papas rellenas, bodoques, camisas del equipo tumbesino, gorros, etc., venden la mercancía con insistencia sin descuidar el desarrollo del partido.


Pasan los minutos y el marcador no se mueve a pesar que el equipo local genera varias opciones de gol. Especialmente con las oportunidades del delantero Víctor Moran que no acierta al colocar la pelota dentro del arco rival tras un potente cabezazo.


El arquero piurano Junior Jiménez, se estaba volviendo figura y brillando con su impecable actuación al evitar que los delanteros contrarios anotaran en su valla.







Ya cuando se acercaba el final de la primera parte, el local Johan Aleman fue expulsado tras agredir a un jugador albo. Tras la expulsión del tumbesino, las esperanzas del equipo piurano de ganar el partido renacían.


Así acabaron los primeros cuarenta y cinco minutos, con el marcador igualado a cero. Llega el descanso con un incómodo murmuro de las tribunas tras las innumerables ocasiones desaprovechadas del equipo local.


El Atlético Grau con la convicción de sacar un triunfo que le dé la clasificación a la etapa nacional de la famosa copa Perú sale nuevamente a la cancha. Para esta segunda etapa, los jugadores piuranos comenzaron a producir un buen fútbol, ya eran favoritos. Las camisetas albas de “Loverita” Nima y César Flores se movían por el frente de ataque poniendo en peligro el arco defendido por Dagner Quevedo.


Pero cuando todo apuntaba a que el equipo piurano sea el primero en anotar el primer gol, el delantero del equipo tumbesino Víctor Morán, tras buena jugada individual, generó un penal a favor del equipo local. Tras la falta cometida el defensa albo, Luis Ramírez, se fue expulsado del terreno de juego. Así, el capitán del equipo campeón de Tumbes,  “Patiño” Plaza, anotó el único gol del partido y terminó con las esperanzas del equipo albo, otra desilusión para Piura.


Por Lisbeth Seminario

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