Tierra dulce en Piura

Descaradamente humilde. Así debería calificarse a la panela granulada, o azúcar integral, para los más orgánicos. De una consistencia arenosa, un color tierra nada apetecible y envuelta en plástico transparente con una etiqueta de dos por cuatro en el centro, la panela se ve sin gracia en medio de sus competidoras más refinadas. Nadie se atrevería a sospechar siquiera que detrás de esa apariencia modesta se esconde una tecnología que ha traído progreso notoriedad comercial a un pequeño pueblo de la serranía piurana con nombre de carro último modelo: Montero.

A tres horas de la capital piurana se erige este pueblito que hace seis años importó de Colombia la tecnología de la panela, con tan buena suerte que se ha convertido en uno de sus principales exportadores a nivel mundial. Incluso ha llegado a eclipsar a sus pares colombianos y brasileros en mercados como Italia y Francia, al exportar un promedio de 600 toneladas anuales.

Montero, por tradición un pueblo cafetalero, adoptó a la panela granulada no sólo por su rentabilidad -es más barata para el productor- o por su diferenciación comercial -es más natural que el azúcar que se vende en las bodegas-, sino porque es más resistente al clima y a las plagas. Y eso, en una zona con un clima tan cambiante como la sierra de Piura, se agradece.

Este agradecimiento vino en forma de bautizo cuando hace dos años Montero comenzó a llamarse a sí misma la Capital de la Panela y La Primera Ciudad Justa y Ecológica del Perú. Así en mayúsculas. Y también hace dos años se vistió de fiesta para celebrar el Festival de la Panela que este año tendrá lugar del 25 al 27 de setiembre.

Pero, ¿cómo empezó el éxito en un pueblito de la serranía piurana que antes se dedicaba a cultivar y producir para otros? “Por el impulso de especialistas del Programa Integral para el Desarrollo del Café (PIDECAFÉ), que nos hicieron abrir los ojos con el potencial que teníamos. Después tuvimos apoyo en los primeros contactos con la exportación”, recuerda Eliseo Tocto Yahuana, presidente de la Central Piurana de Cafetaleros (CEPICAFÉ), organización creada como respuesta a los ínfimos pagos que recibían los campesinos por sus productos.

“Comenzamos prácticamente de la nada y nos fuimos uniendo las pocas organizaciones de base que existían. Como no teníamos plata, nuestros primeros aportes fueron en quintales de café. Es así como el 19 de marzo de 1995 se logra formar CEPICAFÉ, que fue el primer paso que debimos dar para luego poder iniciar las exportaciones”, finaliza.

Y tanto fue el éxito que hace dos años decidieron aliarse con la Universidad de Piura en busca de mejoras a nivel productivo. “Como investigadores lo que hacemos es tratar de encontrar innovaciones en el proceso sobretodo desde el punto de vista energético, es decir crear una industria autosuficiente, para reducir los costos de producción y así pueda haber mayores márgenes de ganancia para los productores, y también una mayor producción de panela”, señala Daniel Marcelo, ingeniero encargado del proyecto de desarrollo de la panela granulada en la Universidad de Piura. “Ahora estamos en fase de construcción, luego se va a probar y de ahí pasará a formar parte del proceso de elaboración de la panela”.

A medida que el proyecto avanza, lo que buscan los productores es hacer conocido el producto a nivel local, “ya empezamos con Cossto, Don Vitto y Multiplaza. Ahora a nivel nacional estamos en etapa de negociación con Tottus. Nuestras plazas más cercanas serían Trujillo, Chiclayo y Lima”, cuenta Jennifer Robledo, encargada del proyecto de la panela en CEPICAFÉ. “En el extranjero la panela es muy codiciada, el reto es más bien acá”.

El éxito del proyecto ha resultado una bendición para toda la economía de Montero. La ciudad se ha visto inundada de progreso, su economía se ha agilizado y la población tanto urbana como rural ha resultado enormemente beneficiada. Si en el 2003 a los productores por un quintal de chancaca se les pagaba diecisiete soles, por la misma cantidad reciben ahora sesenta soles. Como bien lo explicó el actual alcalde Ramón Febré en la conferencia de prensa que se dio el lunes 14 en la Alianza Francesa con motivo del II Festival de la Panela:“Muchos están buscando invertir porque hay negocio”

“Esta unión entre los productores asociados a través de CEPICAFÉ, PIDECAFÉ con la asistencia técnica y la Universidad con el aporte en la investigación está logrando un buen producto”, finaliza Jennifer Robledo, y como queriendo darle más énfasis a su frase, se lleva a la boca un vaso de jugo especialmente endulzado para la ocasión.

Y mientras en un conocido supermercado local la panela granulada sigue pasando totalmente desapercibida, en Montero la fiesta recién empieza.


Por Fiorella Ferrari

1 comentarios:

julio Vásquez dijo...

El tema sa para mucho enfoques el social, económico, etc. Pero está bien trabajado pero quiciera enterarme del proceso de transformación de la Panela

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