"Mi entrenador me dijo que nado con el corazón"

Con el corazón ajustado a sus latidos, a punto de lanzarse a la piscina, se sujeta fuerte del podio y encoge las rodillas. Siente los nervios de siempre, hace frío pero no piensa en eso. Ha ganado competencias antes, pero no se confía. Se lanza, y en el agua comienzan a escucharse un sinnúmero de pataletas. Ella no oye nada. Se ha entregado por unos segundos a aquellos momentos que sólo los deportistas experimentan en un mismo minuto: la adrenalina corriendo por las venas, la pasión y el fin de ganar.

Mónica Gonzáles realiza natación hace tres años y tiene la suerte de estar enamorada del deporte considerado el más completo en la actualidad, pues además de involucrar a todo el organismo en su realización, atiende, según la Real Academia Española, otras necesidades especiales como ningún otro deporte. Por ejemplo, a asmáticos, mal que ella padece, pero que ha olvidado desde que empezó a zambullirse en el agua.

“Tener disciplina y saber organizarse es importante para ser una buena deportista”, ha dicho Mónica con convicción. Desde que empezó a nadar, mejorar sus estilos ha significado un reto en su vida. “Presentaron una carta al colegio desde el IPD para seleccionar niños talento para natación… Nos hicieron nadar libre y espalda. Clasifiqué en el grupo”, cuenta Mónica muy emocionada al recordar el día en que ésta travesía empezó. Tenía 10 años cuando la natación llegó a su vida, pensó que sería solo un hobby. Sin esperarlo se convirtió en una pasión, una afición, y ahora, un sueño.

La natación no sólo consiste en mejorar los tiempos de otros competidores, sino también las marcas propias; es un deporte de autosuperación. “Mi entrenador me dijo que nado con el corazón y eso me motivó”. Hacer que tu cuerpo flote en la superficie, y luego darle movimiento para hacer cualquiera de los cuatro estilos de competencia no se logra de un día para otro.



Honor al mérito

Estaba sentada en la gradas, esperando que termine el campeonato, ni siquiera se había cambiado, al fin y al cabo no se lo esperaba. Estaba distraída cuando escucho: “Mónica Gonzáles Gómez”, acababa de ganar su primera medalla, era una medalla de bronce, que llevaba impreso la garra y la fuerza que había puesto en el agua. Se sorprendió. “Estaba en Ica y había mucha competencia”, reconoce Mónica, al recordar su primer incentivo para continuar nadando.

Mi meta más próxima es clasificar al campeonato nacional del próximo año y ganar el trofeo de mejor nadadora”. Con las palabras de Mónica, parece que mi mente viaja a épocas del colegio en que solía asistir como participante a los juegos deportivos entre colegios. Sentía lo mismo que ella, en mi caso con el atletismo, concebía con cada carrera una oportunidad para ganar, para llevar una medalla, para hacer sonreír a mis padres y amigos, para divertirme, para repetir esa frase que escuché tanto en mi época escolar: “Ganar con orgullo, perder sin rencor”. Mónica esto lo sabe muy bien. Ya son tres años y no se confía, aunque confiesa que hay chicas que tienen miedo competir con ella, sabe que el esfuerzo tiene la última palabra. Que son milésimas de segundo las que se disputan en el agua, y que un segundo de desconcentración puede arruinarlo todo.

Una anécdota

“Había terminado mis pruebas personales (nadar sola), tenía mucha hambre y decidí ir al comedor del colegio con una amiga que ya había nadado. Mientras comía estaba pendiente de la competencia, mi turno de nadar se acercaba. Estábamos camino a la piscina cuando mi hermana menor, Margarita, me dijo que ya estaban listas para nadar postas. Corrí y en el camino me iba sacando la ropa. Mi entrenadora se molestó conmigo y para colmo mi carnet, mis lentes y mi gorro estaban en mi mochila. Una amiga me prestó los suyos y el árbitro me dejo nadar sin carnet pues ya había nadado antes. Era la segunda en nadar y me tocaba el estilo pecho. Mi amiga rosa nadó primera y nos dejo en 4to lugar. Yo me lancé y era tanta la desesperación que nadé lo más rápido que pude y las dejé en primer lugar. Con esto obtuvimos el 2do lugar en la posta de estilo. Mi entrenadora me felicitó y se le olvidó el asunto de mi tardanza”.

Pero puedo también haber sucedido todo lo contrario, en el peor de los casos pudo no haber llegado y haber arruinado la competencia y el turno de sus compañeras, sin embargo, si nunca hubiera pasado, no supiera que la disciplina requiere más que entrenamientos a la hora; conlleva también sacrificios, esperas y humildad.

Por Claudia Becerra

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está interesante, pero no se llega a saber por completo quién es la nadadora...
está su nombre,algo de su vida, pero luego, de donde salió? no es conocida, creo que sería bueno que haya más datos de su ubicación, parece haber estado toda su vida en el anonimato, de repente si se nombrara su colegio o a los campeonatos en los que ha participado(solo se menciona uno y no es en Piura).
La redacción está buena.

Gabriel Granda dijo...

La verdad que contar historias es atractivo, la anécdotas descritas son buenas, pero te soy sincero no despierta mi interés. No me dices algo específico sobre la natación, me dejas con la curiosidad por saber cuales son los cuatro estilos de la natación. No me dices de donde salió esta chica yque competencias ganó. En realidad me parece más una historia contada bien más que una crónica, bueno es mi punto de vista, pero en serio me entretuvo por lo que cuentas no por el contenido en sí porque no aportas mucho. Pero igual te felicito Claudia por haber expresado adecuadamente las emociones y momentos que ha vivido la deportista.

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